jueves, 27 de enero de 2011

UN MUNDO DE SESACIONES

     Nuestro país tiene, como dice la letra de una canción muy popular décadas atrás, "un mundo de sensaciones"...a la "sensación de inseguridad" inaugurada por el actual jefe de Gabinete cuando era ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, se suma ahora la "sensación de impunidad" que acaba de mencionar nuestra Presidente.
     Y hay otras sensaciones, aún no explicitadas oficialmente, que acosan al argentino medio: la sensación del aumento inflacionario, la sensación de una incrementada corrupción estatal en diversos y variados niveles gubernamentales, la sensación de un crecimiento en el narcotráfico a nivel nacional...y, además, la sensación de que no vivimos en el país sensacional que nos pintan desde atriles varios, sino en un país "senza...sincerità", como diría un italiano.
     En rigor, se podría decir que la sensación es una impresión que le llega a la persona a través de los sentidos, es una percepción interior que se recoge sensorialmente desde el exterior, es una impresión íntima de algo que uno capta desde afuera...uno es el receptor de algo que se produce fuera de uno, pero que hace que se lo incorpore a uno, consciente o inconscientemente, y que se lo "sienta".
     En el lenguaje popular, se dice que algo es "sensacional" cuando es impactante, magnífico, espléndido, formidable, fantástico...si uno se detiene en esta última interpretación, se podría decir que todas las "sensaciones" detalladas antes son fantásticas, pues según el oficialismo pertenecen al mundo de la fantasía y no son reales, y si se regresa a la primera interpretación también se podría decir que son además impactantes, ya que impactan, golpean, chocan, repercuten en el argentino común, abrumándolo con preocupaciones diversas y acumulativas cuya sumatoria conduce a una penosa "sensación" de desvalimiento, de desamparo, de abandono del ciudadano por parte de quienes, por mandato popular, deberían ser los que velan por él, por su seguridad, por la punición de los culpables de delitos tanto comunes como económicos (en algunas esferas político-empresariales, estos últimos son ya casi más comunes que aquellos otros), por su bienestar, por su tranquilidad...en resumen, si en aquella canción el mundo de sensaciones es muy grato, en nuestra realidad es bastante ingrato, como lo era el corazón en aquella otra canción, italiana, llamada "Cuore ingrato", que cantaban nuestros abuelos. Ahora, como se dice popularmente, "andá a cantarle a Gardel" tus tristes y dolorosos temas tangueros, que tal vez superen a los gardelianos, áun a los más "bajoneadores".
                                                                                                Pablo Miquet

lunes, 24 de enero de 2011

DE CAPERUCITAS Y DE LOBOS

     Mientras que el informe, negativamente crítico, elaborado a pedido del actual gobierno por un consejo académico formado por expertos de cinco universidades nacionales argentinas (Buenos Aires, Rosario, Tucumán, Mar del Plata y Tres de Febrero), que aportaron especialistas de las facultades de Ciencias Económicas, Ciencias Exactas, Ciencias Sociales y Derecho de sus respectivos claustros, era desoído no sólo por nuestro ministro de Economía sino también por la cúpula gubernamental, que por semanas ni siquiera los recibieron personalmente luego de que ese consejo académico  presentó dicho enjundioso y severo informe, nuestro gobierno "nacional" y "popular" recurre al por él mismo denostado Fondo Monetario Internacional (FMI), a fin de que este organismo "no nacional" elabore un informe sobre el índice de precios que en estos momentos "elabora" (y el término se ajusta en este caso, en verdad, a las acepciones de "preparar" y de "hacer asimilable", en su sentido más amplio y en las implicancias que éstas conllevan ) el Instituto Nacional de Estadística y Censos, conocido como INDEC, cuyos IPC hoy no son creídos en el ámbito "popular", incluyendo al sindical.
     El FMI, tan vituperado por nuestro anterior presidente, presentará a nuestro gobierno "conclusiones finales y recomendaciones" (sic) y "viajará a la Argentina una misión de seguimiento" (sic), según dijo un eminente funcionario de este organismo internacional...por lo tanto, el propio gobierno nacional recurre al repudiado FMI como asesor para la elaboración de un nuevo índice de precios al consumidor, descartando el informe preparado por eminentes catedráticos nacionales de nuestro mundo universitario.
     Al desprecio gubernamental que a nivel nacional y popular se le ha hecho al mundo universitario argentino se une el descrédito que a nivel internacional, en todo el mundo, ha expresado el oficialismo por los académicos argentinos, al desechar sus sugerencias, y buscarlas en organismos extranacionales.
     Por más que desde la cúpula gubernamental se aduzca que el aporte del FMI es sólo de carácter técnico, con conclusiones que no son imposiciones ni son vinculantes, no deja de ser lesivo para el orbe universitario argentino que, luego de haber sido convocado por el propio gobierno, su opinión haya sido descartada, o por lo menos relegada, por el único hecho de ser desfavorable a la gestión actual...recreando uno de aquellos paródicos y desopilantes diálogos barriales entre "la" Porota ( Jorge Luz ) y "la" Tota ( Jorge Porcel), se le podría hacer decir a aquella que "como madre y como argentina (uno de sus latiguillos), yo digo, ¿por qué no usar lo nuestro?", y la "gorda" podría contestarle "y, que quiere...para algunos lo importado siempre es mejor... o le conviene más".
     Y uno recuerda que, días atrás, el ministro de Agricultura habló de "lobos disfrazados de corderos" (sic) refiriéndose tangencialmente a algunos dirigentes agropecuarios...olvidó el ministro que en diversos planos gubernamentales los lobos pueden también disfrazarse de tiernas abuelitas, y engañar a ingenuas caperucitas, devorándolas con "canasta familiar" incluida...y en el cuento original no existe ningún leñador que la rescate del vientre de la disfrazada fiera.
     Es de esperar que en el "relato" (término muy utilizado por el oficialismo) actual no aparezca ningún "leñador" (a "dar leña") procurando ser un "salvador" (...de la Patria", de nuevo según Bullrich, pero la escritora) y nuestra Caperucita Albiceleste logre ella sola, por sus propios medios, en elecciones democráticamente republicanas, no ser una vez más embaucada, y nuevamente engullida.
                                                                                       Pablo Miquet