martes, 24 de mayo de 2011

Hienas

Abundan en la Historia ejemplos referentes a la acción de "cortar" algo. El revolucionario Oliver Cromwell,en la Inglaterra del siglo XVII,ordenó cortarle la cabeza al tiránico rey Carlos I,para gobernar luego él en forma también tiránica,y en la Francia del siglo XVIII los revolucionarios Robespierre y Danton ordenaron innumerables cortes de cabeza no sólo de nobles de la corte de Luis XVI y María Antonieta sino también de todo aquel considerado antirrevolucionario,incluyendo hasta a revolucionarios compañeros suyos, algunos de los cuales más tarde hicieron cortar las de los propios Robespierre y Danton.

Los dos ejemplos mencionados son sólo un mínimo exponente que uno recuerda de los múltiples "cortes" registrados por la Historia universal, y también un ejemplo de la opinión de Hannah Arendt cuando dijo que el revolucionario más radicalizado se convierte en un empedernido conservador al día siguiente de la revolución, y de la de Albert Camus cuando dijo que las revoluciones modernas terminan reforzando el poder del Estado...a ninguno de los dos se los puede acusar,en especial a Camus,de ser representantes del "conservadurismo" liberal,ni de la "derecha" antipopular.

Dentro de nuestra Historia patria, bastaría con mencionar los numerosos "degüellos" de unitarios durante el gobierno federal de Juan Manuel de Rosas, incluyendo la decapitación del cadáver de Marco Avellaneda en Metán, luego de ser fusilado por orden de Oribe, adicto a Rosas, para ser exhibida luego su cabeza en el extremo de una pica,como señal de escarmiento.

Sin llegar a esos sangrientos extremos, hubo entre nosotros otros "cortes" por parte de gobiernos anteriores: hubo un censor,apellidado Tato, que se dedicó a cortar películas cinematográficas, quitándoles las partes que él consideraba peligrosas para la moral pública,y hubo también un jefe de policía, cuyo nombre uno ya no recuerda, que se dedicó a hacer cortar el pelo a los jóvenes excesivamente melenudos (uno cree que los legendarios Pedro y Pablo en su "Marcha de la bronca" se refirieron a un "coiffeur de seccional" que rapaba a los pelilargos).

Y ahora,a más de los diarios "cortes" de calles y rutas en protestas "que no se deben criminalizar", no pocas de las cuales tienen su razón de ser, pero no un proceder razonable, aparece otro "corte", ordenado por el secretario de Comercio Interior, tan superpoderoso como inamovible, al sancionar a las consultoras privadas que no "cortan", acortándolos, los datos numéricos reales para adaptarlos a los ficticios índices de inflación "medidos" por el no creíble ya Instituto de estadística y Censos (INDEC).. .o sea, se castiga con multas a quienes dicen la verdad, a quienes se niegan a la falsedad, cuando el supermercado (según la voz de la CGT confirma) indica la veracidad de los datos privados, y la mendacidad de los oficiales.

Pasando de la historia real a historias imaginarias, se cuenta que en la sabana africana la hiena, fiel emisaria del majestuoso león, obligaba al resto de los animales, siguiendo las directivas de su jefe, a actuar con engaños unos con otros, según las circunstancias...finalmente, todos ellos, conjuntamente, se confabularon para desenmascarar a la hiena, lo que hizo que el león, para mantener su autoridad real, desautorizara a la hiena, a la cual desde entonces no le cabe más que rondar en torno a su antiguo protector, alimentándose con los despojos que éste le va dejando a su paso. Como dijo el filósofo español Fernando Savater, recientemente denostado por nuestro jefe de Gabinete), los chacales son siempre seguidores devotos de los leones, porque saben que a su paso nunca les faltarán piltrafas para devorar.
Pablo Miquet

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