jueves, 19 de mayo de 2011

Happy Few

Nuestro versátil y polifacético (pues a su función específica une la de vocero informal del oficialismo, la de denostador paraoficial de la oposición, y varias otras más) jefe de Gabinete dijo recientemente que era "impensado" que nuestro país careciera de una línea aérea de bandera, como es Aerolíneas Argentinas, pues "hay lugares aerodependientes" a los cuales las líneas comerciales no acceden, pues quieren quedarse sólo con "destinos hiperrentables...y no nos quieren llevar al resto del país" (sic).

Justificando las enormes pérdidas millonarias diarias que le significan al Estado argentino mantener esa línea de bandera (que en 2010 significó una pérdida de $ 6,18 millones por día),que según el joven presidente de la empresa recién en 2012 dejará de dar pérdidas, cuyos detalles precisos se desconocen pues Aerolíneas no presenta públicamente balance alguno...y uno piensa, ¿a cuáles destinos internos viaja nuestra línea de bandera?...sólo a aquellos que si no "hiper" sí son mediana o mínimamente rentables...y también piensa, ¿qué proporción de argentinos y argentinas viajan por vía aérea?...solamente un ínfimo porcentaje de ellos, pues la mayoría no pueden solventarse un pasaje en avión, y además los vuelos estatales tampoco llegan a todos los puntos de nuestro país, sino tan sólo a los más importantes, o sea que es un servicio para los "happy few" que los pueden pagar, y que deben viajar a centros urbanos de gran o al menos relativa importancia.

En resumen, "nacional" por bandera, pero nada "popular" por los costos y por los destinos...y viene a cuenta la actuación que uno tuvo como jurado en un reciente concurso literario sobre el tema "Los pueblos olvidados", donde a los integrantes de dar la premiación nos llamó la atención que en casi la mitad de los trabajos presentados los participantes del certamen relacionaban el olvido, e incluso la agonía, de algún pueblo con la desaparición del ferrocarril : la pérdida del tren significaba a la vez la decadencia del lugar, como si las vías férreas fuesen arterias que, en vez de sangre, llevaran trenes como elemento vivificador, oxigenador, y desde los rieles transmitieran vida.

Una infortunada medida de un gobierno anterior decidió que "ramal que para, ramal que cierra", y así fueron expirando lentamente tantos pueblos, tantas localidades, tantos simples parajes, condenando a sus habitantes ,por no ser "aerorrentables", a desconectarse personal y comercialmente con centros urbanos más importantes.

A casi ocho años de la asunción de la corriente gubernamental actual, que al principio soñó miliunanochescamente con el "tren bala", poco o nada se ha hecho en favor de tantas poblaciones "nacionales y populares" cuyos habitantes suelen estar entre "los que menos tienen"... tampoco tienen ahora el tren que antes tuvieron, que los integraba físicamente a otros órganos viscerales del cuerpo patrio.

A más de los viajes corporales, hay otros viajes, mentales, hacia el pasado, que no pocas veces sirven para recomponer el rumbo orientador, y retomar la senda adecuada...sin embargo, el hiperoficialista diputado nacional Carlos Kunkel, de controvertida actuación en los años ´70,afirmó días pasados durante un reportaje televisivo que el denominado "Peronismo Federal" ha quedado "desactualizado en el tiempo"(sic)...y uno piensa, ¿no lo está él al aferrarse a un "setentismo" que el propio peronismo democrático está intentando superar?

Durante esa misma entrevista, el diputado reafirmó una visión personal, declarando que los peronistas deben ser leales, honestos y capaces, recalcando tres veces que en ese mismo orden, lo que uno supone que ningún peronista realmente honesto comparte, pues es un concepto cercano a la "Omertà" siciliana y al vasallaje medioeval ,donde la "lealtad" es y era lo primordial, por encima de otras condiciones...la honestidad debe ser la base, en cualquier partido político, sobre la cual asentar el resto de las virtudes exigidas a los gobernantes.

Pablo Miquet

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