Como cabeza visible y operativamente eficaz de ese proceder oficial
actuó el jefe de la bancada oficialista en la Cámara de Diputados de la Nación,
reciente candidato en la pugna por la gobernación de nuestra provincia... el
sentido común indicaba que las heridas aún no cicatrizadas en el ánimo del
hombre rural no lo harían optar por apoyar a quien lideró en la cámara baja
tantos agravios y tantas descalificaciones como las que debió soportar el
hombre de campo, pero el oficialismo central, ya sea por candorosa ingenuidad o
por altanera arrogancia, eligió para la preselección previa a la votación
justamente al postulante menos indicado para atraer el voto rural...y así fue
el resultado final, donde su candidato quedó detrás no sólo del candidato
del gobierno provincial sino incluso de un "recienvenido" (tomando el
neologismo creado décadas atrás por Macedonio Fernández) en el ámbito político.
Sin entrar a tratar de analizar los pormenores de esta elección, tema
que corresponde a los analistas políticos, lo que a uno lo conmovió, y eso a
pesar de no sentir mayor devoción por la figura del perdidoso diputado, fue la
desolación en la cual lo dejó el Gobierno central desde sus más diversos
estamentos: verlo a él solo, demudado, desconsolado, abatido, incriminándose
prácticamente como el único responsable de la derrota sufrida, exculpando
totalmente al Gobierno nacional del fracaso...todo esto, daba una cierta penosa
sensación de desvalimiento.
Realmente, a uno le parecía estar viendo una de esas obras teatrales en
las cuales al protagonista lo van dejando en soledad el resto de los
personajes, y él solo se debe "bancar" en el escenario el fatal
desenlace de la tragedia representada.
Y uno piensa que esta situación, ya vista últimamente en otras ocasiones
similares, de abandonar al derrotado en un evidente desamparo, de desvincularse
insolidariamente del compañero caído, muestra una mezquindad interior intensa, para
la cual lo que no sirve se descarta, y lo que puede involucrar negativamente se
"bota", esta vez con "b" larga.
Es así que el Gobierno nacional minimiza la debacle provincial de su
partido, y a la vez intenta minimizar los exitosos resultados tanto del ganador
como del "recienvenido"... como muestras de la desubicación fáctica
del Gobierno central, el secretario de Comunicación Pública de la Nación llegó
a fantasear que "el único voto castigo en Santa Fe fue al oficialismo de
Binner - Bonfatti"(sic),y al fidelísimo candidato del Frente Santa Fe para
Todos el ultrafidelísimo Jefe de Gabinete lo acusó de haber tenido una
propuesta que "no enamoró a los santafesinos" (sic)...tomando con
cierto humor la opinión del funcionario, tal vez él hubiese deseado que el
postulante derrotado durante su campaña hubiese cantado boleros y repartido
besos a mansalva..
En resumen, una vez más el oficialismo gubernamental no sólo se despega
de quien no le resulta funcional sino que también le pega, metafóricamente, con
críticas negativas y con "ninguneos" personales... otra prueba de
este proceder es el menoscabo al cual está sometido ahora, en una
"biografía autorizada" de nuestra Presidente escrita por una
periodista hipermilitante, un ex Jefe de Gabinete, al cual el actual Jefe de
Gabinete, sucesor suyo y copartícipe suyo en el apellido, acusó expresamente de
mentiroso y de farsante, e implícitamente de traidor, de intrigante, de
manipulador...otra demostración más del accionar político gubernamental: apañar
al partidario triunfante, y "ningunear", abatir, incluso despedazar, a
aquel partidario que fracasó, o que se rebeló.
Como le dijo un jefe galo a los romanos a los que había derrotado, "Vae
victis!", lo que se puede traducir como "¡Ay de los vencidos!".
Pablo Miquet
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