Desde el atril, el Ejecutivo consideró como uno de los principales, si
no el principal, méritos del actual ministro de Economía como para ser elegido
candidato a la vicepresidencia del país en las próximas elecciones, a la
lealtad que él demostró en todo momento hacia la jefatura del
"modelo" que actualmente nos gobierna.
Es evidente que esa condición, la lealtad, prima sobre otras exigencias
partidarias, y uno ya mencionó en estas páginas semanas atrás que uno de los
diputados hiperoficialisstas más aferrado a la gestión gubernamental afirmó
durante un reportaje televisivo que "los peronistas deben ser leales, honestos
y capaces", insistiendo tres veces en considerar estos requisitos en ese
estricto orden, o sea priorizando la lealtad.
Uno, al escuchar desde otras voces, algunas de ellas tanto o más
peronistas que la del diputado mencionado, oyen que en rigor ellas priorizan la
honestidad y la capacidad como algunas de las principales virtudes de los
gobernantes y de sus funcionarios...la lealtad, cuando es indiscriminada y
visceral, suele llevar a la obsecuencia, a la parcialidad, e incluso al
favoritismo injusto.
Esa lealtad, exaltada tanto en los comienzos del justicialismo, parecería
en estos momentos preeleccionarios una condición "sine qua non" se
puede acceder al futuro gobierno del país...sin embargo, parece que ese requisito
rige sólo para algunos "happy few", como dicen los sajones, o sea
sólo para algunos pocos afortunados...en base a declaraciones públicas de
algunos que han sido relegados o directamente excluidos de las listas, y en
base a borrosas observaciones que recibe el ciudadano de otros marginados
políticos que no exteriorizan abiertamente su desagrado por su destierro
en los listados y sólo lo murmuran en voz baja, uno puede notar que no pocos de
los que actuaron "semper fidelis", como decía el latino para expresar
una fidelidad para siempre, no han sido incorporados en lista alguna :
sindicalistas fidelísimos, legisladores devotos, funcionarios gubernamentales
incondicionales, adherentes "extraoficiales" absolutamente
oficialistas...
Desde todos esos estamentos se oyen veladas, y no tanto en muchos casos,
quejas, o se escuchan trascendidos no públicos, todo ello relacionado con esta preselección
entre elegidos y réprobos, entre favorecidos y abandonados, entre bendecidos y
excomulgados....y uno no puede dejar de pensar que en no pocos de estos casos
la utilidad se impone sobre la lealtad supuestamente tan exigida, pues la
fidelidad se subordina a lo utilitario.
Haciendo una mala comparación, como popularmente se dice, u no recuerda
que durante el ejercicio de la profesión con no poca frecuencia pudo observar
que cuando un galgo añoso perdía velocidad, o un perdiguero su olfato, era
abandonado a su suerte en medio del campo : si no era provechoso, ya se lo
catalogaba como inservible; si el rendimiento no era ya eficaz, la anterior
lealtad no importaba nada... si este parecer resulta doloroso observarlo en el
hombre con respecto a seres irracionales, tanto más impacta cuando el hombre lo
realiza sobre otro ser humano.
No escasos episodios históricos, se ha comentado más de una vez, se
han desarrollado en torno a lealtades y traiciones, alrededor de elecciones
preferenciales y de prescindencias arbitrarias, y la naturaleza humana
seguramente lo seguirá manifestando en el futuro... William James dijo somos
nuestros hábitos, somos la acumulación de nuestras acciones...y uno se
pregunta, ¿confluyen todas estas mezquinas y nocivas acciones acumuladas como
para poder en conjunto condicionar nuestros hábitos en forma tan decisiva?
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