jueves, 10 de febrero de 2011

INDIFERENCIA

    No es infrecuente que en la clase política, y en no poca parte de ella, no sólo en nuestro país sino también en el resto del mundo, se suela recurrir a promesas ilusorias luego incumplidas, a presuntos logros realmente no logrados, a imágenes personales que son más bien máscaras de cartón de utilería...pero hay igualmente límites inaceptables de ser franqueados, hay fronteras imposibles de ser transpuestas, hay situaciones donde se viola el mínimo decoro tolerable.
     Y eso sucede actualmente en la provincia de Salta, donde funcionarios gubernamentales provinciales, luego de la muerte de dos niños por causas ligadas, directa o indirectamente, con la pobreza y la desnutrición, responsabilizan a las propias comunidades aborígenes por el deterioro económico que sufren, producto evidente de la desprotección sanitaria y alimentaria a la que están sometidos.
     Es una indecencia total que el gobernador de Salta le atribuya "parte"(sic) de la mala situación socioeconómica de los aborígenes a "factores culturales" (sic) de sus comunidades...¿y él, durante su gestión gubernamental, qué ha hecho para modificar, para revertir esos factores, ya que estos son los "culpables" del estado "tribal" de esas comunidades de pueblos originarios?...¡cómo se anima a expresar ese concepto "clasista", siendo él el mayor responsable, al ser la cabeza ejecutiva de la provincia ?
     El vicegobernador, solidario con su superior, responsabilizó "caínicamente" a los "hermanos aborígenes"(sic) por destinar el dinero que reciben en subsidios "a otras prioridades menos urgentes que la alimentación" (sic)...¿cuáles serán ellas, según su criterio: comprar aviones privados, depositar dinero en bancos extranjeros, comprar propiedades mediante testaferros, "vacacionar" en punta del Este, comprar carteras Hermès o Louis Vuitton?
     Y no sólo debe inculparse al gobierno provincial, sino también, y en no menor grado, al nacional, que desde hace casi ocho años agita la bandera de los derechos humanos, no obstante lo cual la pobreza y la indigencia siguen en aumento en el país, y afloran casos como los del NOA y el NEA, con niños (y también adultos) desprotegidos, ignorados, "barridos bajo la alfombra", tanto en Misiones como en Salta, en Chaco,  Formosa...¿cuáles humanos merecen derechos, y cuáles  no,según el oficialismo?
     En estos momentos se ventila, en especial desde la TV pública oficial, el caso de los "trabajadores esclavos" en el ámbito rural, tema sobre el cual el oficialismo acusa, y los semilleros niegan...es necesario aclararlo, pues según el artículo 15 de nuestra Constitución se dice que "En la Nación Argentina no hay esclavos,..."  ...pero uno se pregunta ¿no es una forma indirecta de esclavitud mantener a compatriotas argentinos en la ignorancia y el abandono estatal, que son otras formas de esclavitud, a los que incluso a veces se los carga en camiones, como al ganado, para llevarlos a votar, y luego se los "suelta" otra vez en sus abandónicos parajes?
     El inciso 17 del artículo 75 de nuestra Constitución fija entre las atribuciones del Congreso una serie de normas basadas en la preexistencia étnica y cultural de los pueblos aborígenes argentinos, mientras que el inciso 19 del mismo artículo ordena " proveer lo conducente al desarrollo humano, al progreso económico con justicia social"...¿se cumplen estas exigencias constitucionales con nuestros compatriotas aborígenes?...dirigentes aborígenes contestaron a las manifestaciones gubernamentales invitando a las autoridades provinciales "a vivir con nosotros para ver si piensan (luego) de la misma forma" (sic).
     Estos vergonzosos y lacerantes episodios traen a la memoria un verso del tango "Cambalache", de Enrique Santos Discépolo, ese que dice "...qué afrenta (nota al director : ¿o,"qué ofensa"?) a la razón...", y no sólo a la razón sino también al corazón, se podría agregar...uno de los libros más conocidos y polémicos del escritor francés André Gide es su novela "El inmoralista"...¿cuánto material no novelístico sino real podría él, de vivir aún, haber encontrado en estos pagos, pródigos no solamente en inmorales que a sabiendas violan los códigos morales que ellos bien conocen, sino también de amorales, que violan dichos códigos porque directamente carecen de moral alguna que les marque culpabilidad y los autocontrole?
                                                                                         Pablo Miquet

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