jueves, 21 de abril de 2011

Arte y Política

En estos momentos un grupo de gente de la cultura argentina que adhiere al oficialismo,a través de la pluma del director de la Biblioteca Nacional,se ha pronunciado contra la decisión de las autoridades de la Feria del Libro para que la inaugure este año el último premio Nobel Mario Vergas Llosa,objeción que responde más a razones ideológicas que literarias.
Esa arbitraria posición fue loablemente rechazada por nuestra Presidente,pero trajo a la memoria la postura de no pocos de los miembros de ese mismo grupo en relación con Jorge Luis Borges,quien curiosamente ocupó el mismo cargo directivo en la Biblioteca Nacional que ahora desempeña uno de los autores del manifiesto contra Vargas Llosa...a Borges éste,y algunos otros grupos "nacionales y populares",suelen acusarlo de extranjerizante (es especial de anglófilo),de antinacional,y lo hacen desconociendo (o fingiendo desconocer) cuánto de nacional hay en muchas de sus obras.
En todo artista hay que saber deslindar dos facetas,no siempre concordantes : la del ser humano en sí,o sea la persona,y la de la creación artística,o sea su obra...los hubo (y también los hay ahora) que no demostraron ejemplaridad alguna como personas,pero sí genialidad como creadores,y a la inversa otros que fueron excelentísimas personas,pero con una obra que no logró nunca superar la mediocridad.
En el caso de Borges,sus actitudes personales a veces fueron contradictorias,e incluso cuestionables,pero su obra lo convierte,junto a James Joyce,a Marcel Proust y a Franz Kafka en uno de los cuatro evangelistas (es decir,"portadores de la buena nueva",en este caso literaria) de la literatura del siglo XX...como detalle curioso,ninguno de los cuatro recibió el premio Nobel...como detalle anecdótico,en un reportaje televisivo el actual director de la Biblioteca Nacional,en un intento tangencial para disminuir el logro de Vargas Llosa,comentó que el nivel de los premios había descendido mucho últimamente,olvidando (uno se resiste a pensar que ignorando) que gran parte de los premios Nobel,en especial dentro de los primeros otorgados,han sido totalmente olvidados por su escasa significancia literaria,deshojada con el correr de los años.
Borges,a pesar de la repulsa que provoca en gran parte del ámbito literario "nacional y popular",ha sido autor de algunas páginas,poéticas y en prosa,bien nacionales,e incluso no pocas también bastante populares en su contenido,dentro de la literatura argentina,que no desmerecen en ese sentido al compararlas con otras de autores muy cercanos a aquel ambiente socio-político.
Valgan cuentos como "Hombre de la esquina rosada","El sur","La intrusa","El indigno","Historia de Rosendo Juárez","Juan Muraña","El otro duelo","Biografía de Tadeo Isidoro Cruz",por citar algunos...valgan poemas como "El gaucho","Poema conjetural","El tango","Buenos Aires","Los compadritos muertos","El general Quiroga va en coche al muere",""Fundación mítica de Buenos Aires",por mencionar algunos...valgan sus letras de milonga de "Para las seis cuerdas",y otras varias milongas más.
Toda esta enumeración,tal vez tediosamente excesiva,y también incompleta incompleta,viene al caso para recordar que,además de sus temas filosóficos y de sus temas literarios tan conocidos ,y tan reconocidos mundialmente,a él se le debe también una temática cuya argentinidad es indudable,e indiscutible,que trascenderá seguramente al inconsciente colectivo nacional y popular,es particular sus letras de milonga,por su lenguaje llano y sus sencillas tramas argumentales.
Y viene al caso en estos momentos preelectorales un relato borgeano,"Tema del traidor y del héroe",donde abundan referencias a conspiraciones,a traiciones,a héroes ficticios que en realidad no fueron tales...André Malraux dijo algo así como que la verdad de un hombre es,ante todo,lo que él oculta...no pocas veces,esa aseveración se cumple en la realidad,y en estos momentos se nota en nuestra realidad política,donde cada vez es más necesario desbrozar los diversos atavíos con los cuales los políticos se engalanan,para que al desmalezar esas cubiertas "distractivas"(para recurrir a un término atrílico) el ciudadano pueda,si no ver claramente,al menos vislumbrar lo que realmente se esconde bajo aquellas.
Pablo Miquet

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