martes, 21 de junio de 2011

Durante la reacción agropecuaria por la resolución 125, al productor agropecuario se lo calificó, tanto desde el atril presidencial como desde el resto del oficialismo, como "piquetero de la abundancia", "gorila", oligarca, desestabilizador, destituyente, avaro, egoísta, y como una nueva versión de las mismas organizaciones que realizaron el "lock out" patronal previo al golpe militar de 1976...en fin, se le dijo de todo.

Ahora, al recordar que el voto rural fue en 2007 uno de los sectores que más ayudó al triunfo electoral de nuestra actual Presidente, de ser considerado el hombre de campo el que manejaba a la prensa con sus maniobras, ha pasado a ser ,al revés, alguien a quien la prensa manipuló en esos momentos.

Según el secretario de Medios del Gobierno Nacional, "En 2008 las corporaciones mediáticas lograban hacer creer al hombre de campo el disparate de que el Gobierno estaba en su contra" (sic)...si hay un algún disparate, ese es la peregrina idea de que el hombre de campo pueda llegar a creer esa "vuelta de tuerca" oficial, cuando la misma noche del famoso voto "no positivo" del vicepresidente de la Nación(y presidente del Senado),y frente mismo al Congreso Nacional, nuestro anterior presidente asimiló al hombre de campo con los "comandos civiles" del ´55 y con los "grupos de tareas" del ´73.

Buscando recuperar el favor del productor agropecuario, de haberlo catalogado como el causante de la rebelión agraria contra aquella resolución presidencial, se lo convierte en estos momentos de victimario en víctima, y de defensor de lo suyo a simple marioneta de la "corporación mediática"...y uno, que casi diariamente visitaba un rato a los convocados, por ser no pocos de ellos antiguos exalumnos,veía que no eran, como se los identificó, ni "gorilas", ni oligarcas, ni todo lo demás, sino modestos contratistas rurales, pequeños tamberos, chacareros chicos...eventualmente, se podía ver a algún propietario de mayor envergadura, y uno nunca vio a ningún gran estanciero "piqueteando".

Como comentario complementario, sí se pudieron oír en 20 de junio en Rosario palabras presidenciales que más que abocarse al tema de nuestra Bandera se dedicaron a "hacer bandera" con lo actuado por el Gobierno nacional, transformando así el acto patriótico en un acto partidario, y el homenaje a Manuel Belgrano quedó relegado por debajo del hecho al partido gobernante.

Y también, bochornosamente, se pudieron oír (y ver de quiénes provenían) otras palabras, en este caso no autoevaluatorias al oficialismo como las escuchadas, sino injuriosas, insultantes, contra el gobernador de la Provincia de Santa Fe, nuestro gobernador, vertidas por jóvenes voces patoteriles extraprovinciales organizadamente orquestadas, faltando el respeto a la máxima autoridad de la provincia hospedera, y por efecto transitivo a la propia Bandera, que era la receptora del homenaje, mancillado por tanto ofensiva denostación.

Y uno se pregunta, ¿también en este caso fueron las "corporaciones mediáticas" las que "harán creer" al pueblo argentino que "es disparate que el gobierno argentino estaba en contra" de nuestro gobernador?... ¿será esta juventud una nueva versión de aquella "juventud maravillosa" que decidió retirarse de la plaza, al ser reprendida por quien antes había sido su líder y mentor?

Uno suele citar una frase de Jean Paul Sartre que dice que las palabras son actos...invirtiendo los términos, podría preguntarse, ¿en este "acto" patrio, qué significado dar a las ofensivas palabras hacia la máxima autoridad provincial coreadas por algunos "militantes", en presencia de máximas autoridades del Gobierno nacional?

Pablo Miquet

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